sábado, 4 de junio de 2011

La verdad es la única realidad


Del otro lado de la reja está la realidad, de este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien si pertenece al mundo de los vivos, al mundo de los muertos, al mundo de las fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o de la producción.
Los sueños, sueños son; recuerdos, aquel cuerpo, ese vaso de vino, el amor y las flaquezas del amor, por supuesto, forman parte de la realidad; un disparo en la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos, aquellos gritos irreales de dolor real de los torturados en el angelus eterno y siniestro en una brigada de policía cualquiera son parte de la memoria, no suponen necesariamente el presente, pero pertenecen a la realidad.
La única aparente es la reja cuadriculando el cielo, el canto perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso cubriendo la Patagonia
porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad como la esperanza recatada de la pólvora, de la inocencia estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia del miedo, ese aire que se resiste a volver después del peligro como los designios de todo un pueblo que marcha hacia la victoria o hacia la muerte, que tropieza, que aprende a defenderse, a rescatar lo suyo, su realidad. Aunque parezca a veces una mentira, la única mentira no es siquiera la traición, es simplemente una reja que no pertenece a la realidad.


Francisco "Paco" Urondo. Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973