lunes, 26 de julio de 2010

Según Según

El campo teórico (y práctico) es vasto como un desierto (o una inundación) vista del cielo. No hay señal alguna que nos permita ver cuál sería el lugar más conveniente para el aterrizaje…
La ontología actual a la moda está inspirada, fundamentalmente en Spinoza e, indirectamente, en la obra de Gilles Deleuze. Toda su empresa filosófica, según F., puede resumirse como un intento por invertir el platonismo. Esto significa, un intento por derribar las últimas grandes formas de trascendencia que, directa o indirectamente, tienen su denominador común en el gesto platónico de la Idea. En el siglo V AC el filósofo (y aristócrata) Platón, se encuentra frente a una polis griega que está, a sus ojos, en decadencia. Los años de esplendor de Atenas han pasado, la democracia no permite promover (buenas) formas de gobierno. Fue en el marco de un régimen democrático que Sócrates fue asesinado, los sofistas proliferan como hongos, se inventan la retórica, la gramática y la democracia. La filosofía debe buscar, para Platón, aquello que unifique, que pueda organizar la arjé, el gobierno; que lo múltiple devenga uno; hacer política es politeia, organizar la polis, asignar a cada uno su lugar, refrenar las malas pasiones y poner a cada uno en su sitio, artesano, gobernante… zapatero a tus zapatos y el filósofo se ilumina y regresa a la caverna… Bueno, así no, no? Volvamos.

Deleuze dio lugar, por ejemplo, a formas de pensamiento y acción como las de HB (que no es honestidad brutal, aunque podría serlo…) sino Hakim Bay y sus encantadoras ideas sobre las zonas temporalmente autónomas. Es decir, capsulas de sentido que se sustraigan por un rato a las codificaciones hegemónicas. Y es, de algún modo, en el marco del autonomismo que se pueden encontrar las prácticas a partir de las cuales gravitan ideas sobre micropolítica en educación. Inmediatamente, en un mundo que parece cada vez más hegeliano (sic) se alzan las voces (y las hoces) en contra de estos “devenires menores”. Hay que reconocer que a veces se lo buscan, y otras no. Veamos…

Me dicen que se trata de la potencia, la potencia en el plano de inmanencia: nada ni nadie sabe lo que puede un cuerpo. Durante mucho tiempo la filosofía intenta encontrar (a veces con el concepto de acontecimiento) aquella instancia que sobrepasa la historia, las determinaciones previas, en suma, que dan lugar a la libertad. Por ello, no habría, en rigor, ningún sistema filosófico que pudiese dar cuenta de antemano del devenir de las potencias, no hay garantías, es una apuesta. Por lo tanto no hay plan establecido, en el mejor de los casos, militancia del acontecimiento, tácticas y estrategias.

Este problema, que era también el de Sartre, en torno a la libertad parece reposicionarse en la medida que toda política o ética (como modo de ser en el mundo, como ethos, como hábito que nos constituye) ya no se asienta sobre una identidad definida, sino sobre una potencia, sobre una posibilidad disruptiva que no puede saberse de antemano, Sujeto no sujetado, sujeto no sustantivado, sujeto en constante subjetivación, constante y sonante. Esto hace, que la propia política, para autores como Rancière, se produzca allí dónde no hay mandato de antemano, donde no hay arjé o principio, donde no hay Platón que hable sin que un Diógenes le ladre… Es la democracia, entendida, como el gobierno de “no importa quién”, de los iguales, el marco en el cual se presenta la política propiamente dicha. El axioma es la igualdad, y todo lo demás viene de la acción y del pensamiento. Qué ensalada, no?



3 comentarios:

  1. Posta qué ensalada... Pero hay cierto sentido subyacente: la potencia como apuesta para una nueva ética o una nueva política, incluso con Agamben, una potencia negativa que no se agota en el acto.
    Por lo demás, la primera frase me hizo acordar a una que me dijo una eminencia en Lingüística cuando le dije que su disciplina era vasta: "Vasta peor no virgen, Matías, vasta pero no virgen".

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  2. Me gusto el texto. Un pantallazo conciso y preciso, al menos para lxs que tomamos esa ruta. El gran problema es que el sujeto, en las instancias educativas que manejamos nosotros, ya viene re sujetado, por asi decirlo. Y a veces tratar de desmontar eso es bastante agotador, porque se conjuga con otro tema que es el fuking deseo. Pero lo bueno de partir de la igualdad como axioma es que sirve para cualquier organización, y si de micropolítica se trata, puede ser un virus que infecte toda relación social, llevando la militancia a la vida.

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  3. chimento filosofico: cuando lo declaran culpable a socrates, es por unos pocos votos. entonces llega el momento de votar la condena, que en ese entonces la proponian el denunciante y la del condenado, y el tipo propone como condena que se lo trate como a un campeon olímpico, que la ciudad lo mantenga de por vida, y bueno anito tira la pena de muerte y gana.

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