sábado, 1 de mayo de 2010

Entrevista a Renata Aspis y Silvio Gallo (autores del libro "Ensinar filosofia")


¿Cuéntennos un poco sobre el libro que están presentando?

Silvio Gallo: En el libro recién lanzado en el Brasil, sobre la enseñanza de la filosofía, Ensinar filosofia, um livro para professores, nosotros defendemos la idea de que no se trata de definir un contenido mínimo para los cursos de filosofía, sino que lo que es necesario, y esto sí, es la claridad en cuanto a las coordenadas epistemológicas, filosóficas, educacionales, didácticas que pueden dar una cierta seguridad a los profesores –que piden cada vez más y más guías rígidas y prescriptivas para sus cursos–. Serían coordenadas definidas para la creación de un mapa (o plano del curso): puede ser un mapa de un espacio que se mueve.

¿Podrían explicar detalladamente esto último?

Silvio: Hallo que no somos propicios a las muchas prescripciones que los profesores piden, porque algo así podría comprometer la creación. El proceso de enseñanza está vivo, dinámico, y debe estar siempre en mutación sin formas que lo estandaricen. Lo que es necesario, y esto sí, es que los profesores se lancen a la investigación filosófica sobre la enseñanza de la filosofía, de una manera en la que vayan creando sus ideas e intenciones de práctica. Esto, de una cierta forma, podría garantizar la posibilidad de cursos que no se reduzcan a las repeticiones mecánicas de fórmulas, reproducciones que no sirven para nada más que para torturar a los jóvenes y desanimarlos en su humanidad –que está expresada en la capacidad de creación–.
Al menos, en el caso de la filosofía, no pensamos que el proceso y el producto puedan estar separados. Al concebirla como una actividad de creación conceptual, así afirmamos que la filosofía es un proceso (de creación en el pensamiento) y que tiene un producto (el concepto). Lo que defendemos en nuestro libro es que no importa tanto cuáles son los conceptos que vamos a enseñar, sino que decimos que la enseñanza de la filosofía debe ser una invitación al proceso de creación conceptual. Pero esto no significa decir que no será enseñado concepto alguno. Las guías que los profesores piden son justamente los conceptos. Una enseñanza de la filosofía que no lidie con conceptos es inconcebible. Ahora, a partir del momento en que lidia con conceptos, no importa tanto cuáles sean ellos. Esto brinda al profesor una libertad de cátedra, que es deseable y necesaria para la creación. Por lo tanto, defender una enseñanza de la filosofía que sea una experiencia filosófica, para nosotros, no se refiere sólo a los alumnos, sino también a los profesores.

Renata Aspis: Tanto en Brasil como en otros países, mucho jóvenes con muchos años de escolaridad tienen grandes dificultades en la comprensión de los textos escritos. Existe, muchas veces, hasta un cierto rechazo del lenguaje culto –que puede estar pasando por una crisis–. ¿Un lenguaje empobrecido puede dificultar el pensamiento filosófico? Aunque no sólo es una cuestión de lenguaje, porque al estar insertos en una situación educacional comprometida con las condiciones ideales de creación de conocimiento, también nos preguntamos cómo se puede pensar en una enseñanza de la filosofía que demande, a la vez, tanta libertad y creación por parte de los alumnos como de los profesores –tal como la que proponemos en nuestro libro–.
Tal vez ninguno lo haya explorado mejor que George Orwell en 1984, los efectos del empobrecimiento del lenguaje sobre el pensamiento. Si queremos que una población piense menos, reduzcamos la riqueza de su lengua; en contraposición, si queremos más experiencias en el pensamiento, precisamos invertir en el enriquecimiento del lenguaje.
Ciertamente las dificultades de lectura de los jóvenes brasileros son un problema para la enseñanza de la filosofía. Pero, por otro lado, podemos también pensar que la enseñanza de la filosofía significará también un refuerzo en el ejercicio del lenguaje. Lo importante es que no desistimos de nuestras convicciones educacionales por confirmar de antemano su imposibilidad.
En la práctica del día a día, la falta de habilidad y de autonomía con los textos puede presentarse como un problema bastante grave en la enseñanza de la filosofía, ya que la filosofía es fundamentalmente discurso, y nosotros en nuestro libro defendemos justamente el trabajo con los textos de la tradición. En la medida de lo posible, los profesores de filosofía pueden intentar un trabajo en conjunto con los profesores del área de lengua. Y en las clases de filosofía, específicamente, los profesores pueden intentar leer en alto, para los alumnos, los fragmentos de los filósofos, y con ello acompañarlos en la lectura. Incluso se puede leer una segunda vez, parando, haciendo comentarios y respondiendo las cuestiones de los alumnos, pidiendo que ellos hagan sus anotaciones. Ciertamente el profesor leerá a Platón o a Nietzsche, o a cualquier otro, con un énfasis esclarecedor en la entonación. En Conversaciones, en una “Entrevista sobre Mil Mesetas”, Deleuze afirma que “el filósofo es quien se torna filósofo, porque es quien se interesa por esas creaciones muy especiales en el orden de los conceptos”. Obviamente no está refiriéndose al universo de la educación, pero nosotros podemos inspirarnos en esta idea. Las lagunas que tenemos en las condiciones ideales en la escuela, para la enseñanza de la filosofía, tienen que ser prescindidas con el esfuerzo de aquel que pretende dar clases de filosofía. En el libro que escribimos pretendemos presentar una propuesta de enseñanza de la filosofía como experiencia filosófica. El libro es muy didáctico y explica teóricamente las ideas que tenemos sobre esta enseñanza; y es a su vez, también muy práctico, pues trata muchas ideas de salidas para los problemas didácticos y educacionales que generalmente encontramos en el aula. Nuestra propuesta pretende justamente anclar a los profesores en el mantenimiento del tenor filosófico de sus clases. Los profesores precisan buscar, precisan estudiar. Pensamos que debemos insistir en la propuesta de enseñanza que se basan en la promoción de la creación, tanto por parte de los profesores como de los alumnos; y nuestro libro es un óptimo ejemplo de esta insistencia.

¿Cuál sería el objetivo de un curso de filosofía, pensado como experiencia filosófica?

Silvio: El ejercicio de la filosofía es el ejercicio de una disciplina, o lo mismo, de una autodisciplina de pensamiento. Si el pensamiento se nutre creativamente del caos, ello surge por la imposición de un orden, de una disciplina. Desde nuestro enfoque, la enseñanza de la filosofía contribuye fuertemente para el desenvolvimiento de una autodisciplina de pensamiento. La creación filosófica puede ser educativa en la medida en que la creación de conceptos parte, necesariamente, de problemas: son los problemas que se provocan por el pensamiento. Si podemos ofrecer herramientas filosóficas para que los alumnos lidien con los problemas de nuestras existencias, si podemos contribuir para la creación de una disciplina filosófica de pensamiento, para estos jóvenes, estaremos oponiéndonos a la colonización absoluta del pensamiento. Nosotros no pensamos sólo según los criterios de las ciencias (de las ciencias exactas) y de las matemáticas, utilizando nuestra lengua para transmitir ese pensamiento. Sino que más bien ofrecemos a los estudiantes la posibilidad de descubrir otros campos de pensamiento y otras formas de pensar, como aquellas que encontramos en las filosofías. Serían otras formas de crearse a sí mismos y a su realidad.

Renata: Creemos que la enseñanza de la filosofía puede ser una enseñanza de sub-versiones. Una enseñanza que dé herramientas conceptuales y de pensamiento para que los jóvenes creen sus propias versiones del mundo, de la vida y de sí mismos.


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Ensinar filosofia, um livro para professores. En este libro los autores proponen una enseñanza de la filosofía para el nivel medio como “experiencia filosófica”. Ello nos indica que están pensando en la enseñanza no como una mera transmisión de conocimientos, sino en una didáctica activa y creativa (tanto por parte del profesor como del estudiante). Porque, si se tiene en cuenta la especificidad de la filosofía, se notará que es una disciplina que no sólo permite pensar sobre el propio pensamiento, sino que posibilita también desnaturalizar el sentido común. Bajo esta consigna, Renata Lima y Silvio Gallo proponen una didáctica de la filosofía como lucha contra las opiniones preestablecidas. Para ello dividen el texto en dos partes.
Por un lado, se cuestionan teóricamente sobre qué enseñar en el aula y para qué. En este sentido, introducen el concepto de “sub-versión”. Porque para ellos, tanto la filosofía, como las clases de los profesores, no deberían ofrecer una versión oficial de la realidad y del mundo; sino que deberían permitir que cada estudiante, a partir de la lectura de ciertas respuestas brindadas en la historia de la filosofía (sobre cierta problemática trabajada), pueda escribir su propia versión del mundo y de sí mismo. Así, el objetivo final consistiría en que los estudiantes creen composiciones filosóficas propias, utilizando conceptos filosóficos en respuesta a sus problemas coyunturales. De este modo, la filosofía pasaría a ser un arma, una matriz de producción de versiones del mundo, al reinventarse en el aula los conceptos filosóficos y utilizarlos en otros contextos.
Por otro lado, en una segunda parte práctica, los autores trazan un sistema de referencias metodológicas como programa para un curso pensado como “experiencia filosófica”. Allí marcan detalladamente una serie de pautas para desarrollar estratégicamente en el aula como recursos, partiendo de la ilustración sensible de los problemas (mediante la utilización de imágenes, películas, diarios, etc.), y continuando por la investigación y conceptualización a través de la lectura y escritura filosófica, sin olvidar dar algunas indicaciones sobre diversas opciones de evaluación. Por último, al finalizar el libro figura un apéndice con algunas tácticas de enseñanza y una amplia bibliografía relacionada con la temática.
En síntesis, esta publicación no sólo aporta herramientas enriquecedoras para la didáctica de la filosofía, sino excelentes argumentos a la hora de decidirse por una enseñanza de la filosofía como máquina de guerra, contra las versiones ortodoxas y oficiales que dejan de lado los problemas existenciales y singulares.

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Silvio Gallo es Profesor de la Facultad de Educación del UNICAMP desde 1996 y Coordinador del Programa de Posgrado en Educación. Es también Doctor en Filosofía de la Educación y fue Profesor de Filosofía en Enseñanza Media entre 1987 y 1992, en diversas escuelas de Brasil. Es investigador del anarquismo y de la pedagogía libertaria, publicó decenas de artículos y varios libros, entre los cuales figuran: Ética e Cidadania: caminhos da filosofia: elementos para o ensino de filosofia (Campinas, Ed. Papirus, 1997); Deleuze & a Educação (Belo Horizonte, Ed. Autêntica, 2008). Y otros más, en colaboración con Walter Kohan, Gabriele Cornelli, Márcio Danelon y Renata Aspis. Actualmente investiga en el área de filosofía francesa contemporánea y sus interrelaciones con la educación. Su libro más reciente es Subjetividade, Ideologia e Educação (Campinas, Ed. Alínea, 2009).

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Renata Lima Aspis es Profesora de Filosofía en Enseñanza Media desde 1986. Está graduada en Filosofía y tiene una Maestría en Filosofía de la Educación. Desde 2008 es doctoranda en el Programa de Posgrado en Educación del UNICAMP. Actualmente, los intereses de su investigación están volcados a la dimensión política de la enseñanza. Toma como referencial teórico la filosofía francesa contemporánea, en especial Gilles Deleuze, Michel Foucault, junto con la influencia que ambos sufrieron de Nietzsche y a algunos filósofos italianos contemporáneos. Además, investiga cómo una determinada enseñanza de la filosofía puede funcionar como resistencia al capitalismo actual de las sociedades de control (modo éste de vivir que intentar suprimir la vida). También es autora de diversos artículos de divulgación y del libro Ensinando a Pensar com as Idéias que contam histórias, histórias das idéias do sé. Livro de orientação para professores (São Paulo, Ed. Callis, 2001).

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