lunes, 19 de septiembre de 2011

Más setentistas que nunca: volvió la patota

19/09/2011 By

Por Diego Rojas @zonarojas

Las amenazas ejercidas sobre los choferes de colectivo de la línea 60 cambiaron su carácter a través de la transformación de cantidad en calidad. Esta madrugada, el auto de Néstor Marcolín, delegado sindical de los trabajadores de la línea que más público transporta en Buenos Aires, fue prendido fuego frente a su casa en el barrio de Flores.

No es el primer apriete que sufre el cuerpo de delegados de esa empresa. Sin embargo, es el episodio más alarmante de una serie de amenazas, tiros con armas de fuego, golpizas y provocaciones ejercidas por patoteros sindicales, barrabravas e, incluso, respetables empresarios. El atentado contra Marcolín se realizó en la víspera de unas asambleas para discutir reivindicaciones laborales programadas por los trabajadores en las cabeceras de la línea. Ante el atentado, que remite a las peores épocas de la Argentina, los trabajadores decidieron el paro, que se encuentra en realización.

“A las dos y media de la mañana llegué con mi señora y mis hijos a mi casa en el barrio de Flores –cuenta a plazademayo.com el delegado Marcolín–. A las tres sentí un ruido muy extraño, como una explosión, y salí a la calle. Entonces vi el auto prendido fuego. Llamé inmediatamente a los bomberos. Uno de ellos fue el que me dijo que esto no había sido un accidente, sino un incendio intencional. El mismo bombero llamó a la policía, que puso el auto bajo custodia y llamó a peritos policiales para investigar”.

El atentado marca un pico en los ataques de la empresa y la dirección del sindicato Unión de Tranviarios Automotor (UTA) contra la organización sindical de los trabajadores, que se ubica en la oposición a la jefatura gremial. En 2008, cuando se realizaron las elecciones que consagraron a la nueva comisión interna, una patota armada bajó de la Traffic del sindicato donde se transportaban las urnas para el comicio. La patota empezó a disparar balas de plomo para dispersar al activismo de la oposición, que iba a ganar la elección, como indicaban todos los pronósticos. Los atacantes fueron repelidos y la elección se llevó a cabo. Así se desplazó a la lista oficialista y comenzó el mandato sindical de un grupo de trabajadores que quería hacer cumplir las leyes laborales y que repudiaba a los delegados oficialistas y a su dirección, a la que acusan de actuar en connivencia con los empresarios.

“No podemos permitir un atentado –dice Daniel Farella, otro de los delegados sindicales–. No es el primer ataque que hemos sufrido, tenemos 20 denuncias hechas. Sin embargo, la policía no dice nada, la ministra Garré no dice nada. A veces pienso que esperan que uno de nosotros muera para que empiecen a actuar”. Las denuncias que los delegados realizaron demuestran un modus operandi repetido en los conflictos sindicales que se producen en el país. Direcciones sindicales burocratizadas recurren a patotas y barrabravas para lograr la paz social, tan cara al oficialismo, atacando a la oposición en los lugares de trabajo o en manifestaciones gremiales. El método que se conoce como la “tercerización de la represión”.

–Ya se lastimó a trabajadores –continúa Farella–. El mes pasado, antes de las elecciones que revalidaron nuestro mandato, dos personas se subieron a un colectivo, le mostraron un arma al chofer y le pegaron una trompada, mientras le decían que tenga cuidado en las elecciones.

–¿Quién realiza estos ataques? –pregunta plazademayo.com.

–Es gente de la UTA y de la empresa, ya que trabajan en forma conjunta. Reclutan a barrabravas que están en las inmediaciones de la cabecera, sin hacer nada. Y que aparecen cuando los llaman porque hay discusiones. Están armados. Son una amenaza permanente.

“Dentro de la empresa circulan ex delegados de otras líneas, armados, vigilando, sin cumplir ninguna función –denuncia Ángel Perticaro, delegado de la cabecera de Ingeniero Maschwitz de la línea 60–. Son ex delegados que como no pudieron revalidar sus mandatos por el repudio debido a su corrupción y accionar antiobrero, son traídos a otras empresas para que metan presión a los trabajadores. Actúan como sicarios de la empresa”.

–¿Qué se intenta producir con estos ataques?

–Nosotros nos oponemos a los intentos de precarización de la empresa. Los mecánicos están bajo el convenio de UTA. La empresa los quiere tercerizar. De ser así, estarían laburando 12 horas y por un salario igual a la mitad de lo que corresponde. A los empresarios y al sindicato les resulta insoportable que haya unos delegados que hagan cumplir a rajatabla el convenio colectivo de trabajo.

En la empresa Monsa S.A., nombre que rige la línea 60, decidieron no dar declaraciones a la prensa. Ricardo González, del área de Personal, dijo a plazademayo.com que la empresa no realizaría, por el momento, declaraciones sobre el tema. Similar posición tuvo el sindicato.

–No hay paro –dijo un individuo que se identificó como Juan González en la sede sindical de la UTA–. No hay paro, no sé de qué me hablás.

–No se ven colectivos 60 circulando por Buenos Aires. Es su línea más importante y los delegados dicen que declararon el paro. ¿En el sindicato desconocen esta situación?

–No sé de qué me hablás. No hay paro.

–¿Podría hablar con un dirigente de la organización?

–Están en el ministerio de Trabajo.

–¿Por el paro de la línea 60?

–Los compañeros no tienen por qué decirme sus movimientos. No hay paro. No sé por qué están en el ministerio de Trabajo.

Sin embargo, los usuarios que se dirigen del centro hacia la zona norte o viceversa, o cualquier transeúnte de los recorridos de todos los ramales de la línea insignia del transporte colectivo en Buenos Aires o alrededores, dan cuenta de la falta de circulación de los tradicionales ómnibus amarillos.

La escalada de aprietes, amenazas y ataques contra trabajadores que defienden sus derechos ha alcanzado una nueva altura con el incendio del auto de un trabajador en el porteño barrio de Flores. El gobierno de la presidenta Cristina Fernández, cuyo padre fue chofer de colectivos (según contó la semana pasada al burlarse de la medida de fuerza de los trabajadores del subterráneo, escindidos de la UTA luego de ataques similares) debería actuar para que cese la persecución. Es una tarea pendiente de suma urgencia

martes, 6 de septiembre de 2011

Carta abierta de Pablo Milanés a Edmundo García

Por Pablo Milanés

"Has insinuado que la prensa utiliza mis palabras (...) Estás equivocado, soy yo el que me sirvo de esos periódicos para que difundan las entrevistas que en Cuba me están negadas'.

(En respuesta a su artículo del 26 de agosto de 2011)

Edmundo,

Hace años estás intentando hacerme una entrevista sin éxito, hasta el punto de resultar insoportablemente insistente porque además, para colmo, en tu petición posteriormente iban tus entrevistas adjuntas, esas entrevistas que no tuve más remedio que clasificar como "correo no deseado", para al fin librarme de ellas.

En esa primera ocasión en que nos encontramos, ibas oportunamente mal acompañado y no tuve más remedio que pensar para mis adentros "Dios los cría…". No obstante te explicaré por qué nunca hubiera hecho una entrevista contigo: vi en ti, con mi intuición natural para esas cosas, las nueve señales del hijo de puta que son, no sé si sabes, clasificaciones que hizo Don Camilo José Cela, en su novela Mazurca para dos muertos y que ha llegado a ser, en la historia, famosa por su visión extraordinaria de lo que es un ser execrable a primera vista. Voy a mostrarte esas nueve señales que son:

1. Pelo ralo

2. Baja estatura y canijo

3. Cara pálida

4. Barba por parroquia

5. Manos blandas, húmedas y frías

6. Mirar huido

7. Voz atiplada

8. Pijo flácido y doméstico

9. Avaricia

Con esta referencia sobra decirte por qué nunca he confiado en ti.

Edmundo, tienes una forma de hacer periodismo que no es tal; coges a tus víctimas (a tus entrevistados), no los indagas, los cuestionas, los destrozas con una autoridad que no sé cuál ser poderoso te ha otorgado y terminas triunfante ante una persona apabullada por el terror de tus palabras que recuerdan un viejo estilo autoritario, ridículo y obsoleto. Esa es a mi juicio la esencia de tu programa.

Cuando leí tu panfleto mi primera reacción fue ver a una niña en la pubertad, asombrada y ruborizada ante su primera menstruación, miedosa de cometer pecado ante una manifestación natural de su desconocido organismo. Esa fue la primera impresión, pero la segunda, fue más solemne y peligrosa: me di cuenta de que no solamente eras todo lo que yo había pensado, sino más aún, estabas ingresando en ese grupo selecto de la ultraderecha miamense que no admite reconciliaciones, críticas y que cuyo único neolítico gesto es romper discos con aplanadoras. Tú, al igual que ellos, no quieres amor, quieres odio, tú al igual que ellos, no quieres reconciliación, quieres rencores y desunión, tú en suma, no quieres al pueblo cubano, ni de allá ni de acá. Edmundo, tú no quieres a nadie y no me hubiera extrañado verte en esa “enorme” turba gritando "Abajo, abajo", donde sin duda alguna hubieras sido bien recibido.

Has insinuado que la prensa de Miami y España se aprovecha y utiliza mis palabras en vez de beneficiarme de ese espacio para arremeter contra el imperialismo. Edmundo, estás equivocado, soy yo el que me sirvo de esos periódicos para que difundan las entrevistas que en Cuba me están negadas y que sueño con que aparezcan en el Granma y las lea todo el pueblo y que un solo periodista, uno solo de los tantos miles que hay en la isla, tenga lo que hay que tener para dar a conocer lo que tantos años llevo expresando; es más, como un punto de partida planteo que tu panfleto y esta carta se publiquen en el Granma y que el pueblo las lea, piense, sepa discernir por si mismo, y de una vez, dónde está la verdad y vayamos por el camino de las libertades individuales que tenemos que rescatar y que tú con tu actitud estás negando.

A mi regreso a La Habana y en concordancia con el párrafo anterior, le digo por este medio a la intelectualidad cubana, a los artistas, a los músicos y a los altos cargos del Estado, que no me susurren más al oído: "estoy de acuerdo contigo pero… imagínate!". Yo no estoy arrepentido de incinerarme solo en mi actitud, pero es triste y vergonzoso que haya un silencio cómplice tan funesto como tu manifestación, Edmundo. Estas dos conductas, una en Miami y otra en La Habana, increíblemente al final convergen en su propia contradicción.

Sobre la intelectualidad miamense que comentas que me ha apoyado en sus artículos, te diré que no tengo absolutamente ningún miedo ni prejuicio en recibir una frase amable y receptiva. No soy su compañero de viaje, pero Edmundo, me gusta sumar mientras que a ti te gusta dividir porque de eso vives, para eso estás en esta ciudad.

También te has atrevido a decir que he mal influenciado a artistas del talento y el prestigio de Serrat, Sabina, Víctor Manuel y Ana Belén. No hay duda de que en este terreno también eres un ignorante, debías de saber que Joan Manuel Serrat es uno de los hombres más admirados por su entereza, caballerosidad y su limpieza durante toda su vida, y su posición ante el franquismo arriesgando su carrera y su vida, lo llevó hasta la cima de la dignidad. Que Joaquín Sabina, que a los 23 años se exilió a Inglaterra en su oposición a Franco y a su propio padre, es uno de los artistas más sinceros y honestos que conozco (esto lo sabe bien Fidel) independientemente de su talento. Que Víctor Manuel y Ana, antes de nacer tú, y andar por esos rumbos inciertos, que todos conocemos, para llegar a ser el extremista que eres hoy, pertenecían al Partido Comunista de España, en la época de Franco, y eso, Edmundo, les pudo costar la vida. Esas personas que tú no has respetado, tienen talento propio, criterios propios y no se dejan influenciar por nadie, al contrario porque son ciertamente su talento y sus principios los que han influenciado a medio mundo.

Edmundo, mis 53 años de militancia revolucionaria me otorgan el derecho, que muy pocos ejercen en Cuba, de manifestarme con la libertad que requieran mis principios y esa libertad implica que no tengo ningún compromiso a muerte con los dirigentes cubanos, a los que he admirado y respetado, pero no son Dioses, ni yo soy fanático, y cuando siento que puedo hacer un reproche y decir no, lo digo, sin miedo y sin reservas. Cuando veo que unas señoras vestidas de blanco protestan en la calle y son maltratadas por hombres y mujeres, no puedo por menos que avergonzarme e indignarme y, de algún modo, aunque no estemos de acuerdo absolutamente, solidarizarme con ellas en su dolor; porque lo más vil y lo más cobarde puede ser que una horda de supuestos revolucionarios ataque despiadadamente a estas mujeres. No hay ningún código que defienda eso en el mundo, es más, la violencia de género se queda corta al ver esas salvajes manifestaciones. Estos dos conceptos que te he expresado, pero tú no has entendido —no hay duda de que estás en tu época de infantilismo revolucionario—, no implica que esté en desacuerdo con Fidel y tampoco implica que esté de acuerdo con las Damas de blanco. Pero tú vas al blanco o al negro, (más al negro que al blanco) y no tienes matices y los años irremediablemente te van a hacer aprender lo que es un verdadero revolucionario o inexorablemente vas a ingresar en ese mundo en el que he visto a tantos como tú, vagando, perdido en la nada.

Edmundo, ayer creo que sufriste un revés que no te apliqué yo precisamente, sino los varios miles de personas que asistieron a un recital, carísimo para su bolsillo en crisis, demostrando que es posible el amor, que si anteayer decían "No" y ayer decían "Tal vez", hoy dijeron "Sí", un sí contundente, más fuerte que tus sucias y ofensivas palabras.

Edmundo, te invito a que cojas tus maletas y regreses a tu país y allí tengas el valor de denunciar todo lo malo que veas, porque Edmundo, te advierto, esa lucha sí es dura y no te calles como esos miles periodistas de allá, cómplices lamentables del silencio.

En muchas ocasiones he dicho que me sentaré en el portal de mi casa para ver pasar el "cadáver" de mis enemigos, ahí te espero.

Solamente te exijo una cosa: saca mi nombre definitivamente de tu boca irrespetuosa y falsa, son demasiados los méritos que me ha otorgado el pueblo para que un desalmado como tú los manche con sus sucias palabras.

Pablo Milanés
Miami, 29 de agosto de 2011

Fuente: CaféFuerte

* Antes de publicar este documento, DIARIO DE CUBA confirmó su autenticidad.

Que cada cual asuma lo que le toca

5 Septiembre 2011 153 Comentarios

En su blog Segunda Cita, Silvio Rodríguez responde a Manuel R, estudiante puertorriqueño en Nueva York, responde varias preguntas que le han hecho sobre las más recientes declaraciones de Pablo Milanés. Compartimos el intercambio:

Manuel R. dice…

Silvio,
te voy a ser bien sincero. No entiendo bien tu postura, ni la de muchos revolucionarios que considero honestos y maduros ante la carta de Pablo. He escuchado tantas opiniones, tantas críticas, tanto cinismo, unos le dan la pinta buena y otros la pinta mala.

A mí me parece honesta y eso lo admiro, personalmente tengo diferencias en cuanto a la forma de la carta aunque no en cuanto al contenido. Creo que precisamente esta es la disyuntiva mas interesante de las declaraciones de Pablo: Forma vs. Contenido.

Te pregunto: ¿Cuál es tu opinión sobre el contenido de la carta? ¿Cuál es tu opinión sobre su forma?

¿Crees tú que el espíritu revolucionario de Pablo viene por la misma línea del espíritu evolucionario de “Sea Señora”? ¿Sí, no, por qué?

Silvio responde…

Manuel R:

Pablo y yo hace algo más de 20 años que no nos vemos. Tampoco nos hemos hablado ni por teléfono. O sea que el Pablo que conozco tiene casi un cuarto de siglo de retraso. Aún sin estar cerca, en este tiempo sin relacionarnos directamente, ambos hemos mantenido una actitud respetuosa respecto al otro. Nos conocimos en 1967 y dejamos de vernos y de hacer proyectos juntos a fines de los 80s. Mientras duró, nuestra amistad rebasó lo que pudiera ser una simple colaboración. Fuimos testigos de muchos eventos personales de ambos. Y también colectivos. Vimos nacer a nuestros primeros hijos, fraguarse y deshacerse amores, proyectos, sueños de diferente linaje. Hay zonas del Pablo actual que son nuevas para mi y hay otras que me son muy conocidas. Y para resumirte mi postura, o para que aprendas a verla como es, sin confusiones, te la voy a identificar: Mi postura es la que mantengo cada día; lo que hago y lo que digo, el testimonio cotidiano de un hombre que, más por intuición que por sabiduría, nunca se ha creído infalible. Asimismo no me siento capaz de juzgar, menos públicamente, a un viejo amigo; pero de lo que sí estoy seguro, Manuel R., es de que Pablo está convencido de estar a la altura de lo que cree de sí mismo.

Esto me da oportunidad de decir que muchos ataques a Pablo no los he puesto aquí en el blog. Siempre han existido los “Pablistas” y los “Silvistas”. Por mi parte nunca -jamás- he permitido que en mi presencia nadie hable mal de Pablo. Cuando me botaron del ICR en 1968, también fue por defenderle. Y por pincipios -míos- lo sigo haciendo, aún cuando Pablo me incluya a mi entre los “despreciables” que seguimos defendiendo la Revolución, y los que firmamos la carta que él entendió a su manera (y todos los que la firmamos entendimos de otra, o sea un momento en el que había que cerrar filas con la defensa de Cuba). Como dice un amigo mío: “Hay un viejo proverbio latino que dice Quod escripsi, escripsi. Lo que está escrito está escrito y no se puede borrar.” Que cada cual asuma lo que le toca, y allá el que se arrepienta de la gloria que ha vivido por lo que quiera aparentar.

Coincido con Pablo en muchos de sus juicios críticos sobre la realidad cubana. Me parece que algunos de esos puntos los he tocado en conferencias de prensa en Cuba. Lo que escandaliza a algunos no es el contenido de sus críticas sino la forma, que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo. Otra cosa que duele es que haya manifestado esas críticas en Miami, a unos días de un concierto que, por más propaganda que hacían, no se llenaba. Y para colmo que las hiciera a medios que tildan de héroes a terroristas que han derribado aviones civiles, medios cuyos dueños han pagado actos de violencia contra Cuba.

Es importante que los que vivimos en esta sociedad imperfecta -y eso quiere decir con cosas malas pero también con cosas buenas- sigamos criticando, sigamos mejorándonos. Y que este ejemplo triste no les sirva de pretexto a los extremistas para cerrarse a cal y canto. Ese es un daño interno que nos hacen actitudes como esta. Pero en las Revoluciones, si son verdaderas (como creo que es la cubana), nadie es imprescindible, al menos para siempre. Cada baja nos enseña a llenar la ausencia con lo que tengamos, y a aspirar a ser tan buenos como lo que nos falta.

No en balde escribí, hace unos 30 años:

Salgo y pregunto por un viejo amigo
de aquellos tiempos duramente humanos,
pero nos lo ha podrido el enemigo,
degollaron su alma en nuestras manos.

Absurdo suponer que el paraíso
es sólo la igualdad, las buenas leyes.
El sueño se hace a mano y sin permiso,
arando el porvenir con viejos bueyes.

Vaya forma de saber
que aún quiere llover
sobre mojado

domingo, 4 de septiembre de 2011

Ministro Barañao: El Glifosato no es agua con sal

Y destacó, en contra de la presunción de su entrevistadora Hebe de Bonafini, las características atóxicas y seguras del glifosato con respecto a la salud humana.

Desde la Red de Médicos de Pueblos Fumigados nos vemos en la obligación de corregir las inexactas apreciaciones de nuestro Ministro de Ciencia y Tecnología, por carecer de todo sustento científico. Y además, porque la actitud de este destacado funcionario pone en peligro la salud de la población fumigada en la Argentina, ya que afirmando irresponsablemente la inocuidad de este veneno se promueve que se siga aerolizando cantidades crecientes del mismo sobre la población rural.

Queremos destacar que muchos de nosotros compartimos las afirmaciones realizadas en esta entrevista sobre la importancia de contar con una política científico-técnica independiente, que jerarquice y promueva al personal científico nacional; también reconocemos el valor social y sanitario de la asignación universal por hijo y otros temas tratados en el momento.

Pero en otro instante de la entrevista, el Ministro comenzó a halagar las propiedades del glifosato, el herbicida más utilizado en el país, con más de 180 millones de litros que caen sobre 12 millones de personas que habitan los pueblos fumigados. Al afirmar que Glifosato mata las plantas, Hebe Bonafini agregó que: a “personas también” a lo que el Ministro respondió: “No está probado. Hay gente que se ha tomado un vaso de glifosato, para suicidarse, y no le ha pasado nada”. Y posteriormente continúo agregando que Glifosato podía ser tan dañino como “agua con sal”.

Nos preocupan estas afirmaciones, no es la primera vez que las escuchamos; las mismas frases son repetidas por los representantes de la Mesa de Enlace de las patronales agrarias en las provincias sojeras, cuando se les reclama por la contaminación ambiental. La Bioindustria concentrada y los sectores que impusieron este tipo de agronegocio (semillas transgénicas y fumigaciones con cantidades crecientes de agrotóxicos), hegemónico desde la década de los 90’, necesitan asegurar que esos productos no son venenos y que no dañan la salud ni el ambiente. La realidad demuestra lo contrario; y cada año usan 40% más de litros de plaguicidas. En 15 años se expandió el área cultivada en un 50%, pero aumento la cantidad de plaguicidas utilizados en más de un 1000%. Este aumento de uso de venenos lo sostienen aduciendo, como el Ministro Barañao, que estos productos son inocuos, como al “agua con sal”.

A pesar de que ya en el año 2004 S. Bradberry, del Servicio Británico de Toxicología, publicó una revisión sobre Intoxicación con Glifosato, informando que estaba comprobado que la ingestión de más de 85 ml de la formulación al 41% (RoundUp) puede causar toxicidad significativa con efectos corrosivos gastrointestinales, frecuente insuficiencia renal y hepática, perfusión orgánica reducida, distrés respiratorio, alteración de la conciencia y shock; las arritmias ventriculares y bradicardias llevan a la muerte.

Series de casos retrospectivos de ingestión intencional de glifosato en Taiwan, Corea y Japón reunieron datos de 2727 suicidas con una tasa de letalidad que varió entre 6.7% a 29.3%; es decir que hasta casi un tercio de los suicidas murió al ingerir glifosato. Estos estudios confirmaban como factor predictor de muerte la cantidad ingerida y la edad del paciente.

Recientemente se publicó una gran investigación prospectiva que reunió más de 8.000 suicidas en Sri Lanka, estudiados desde el ingreso hospitalario. Este impresionante trabajo permitió demostrar que la toxicidad de los agroquímicos es esencialmente diferente en el humano con respecto a las ratas que se usan para asignarles grados de toxicidad6.

Como parte de ese estudio, D. Roberts publicó los datos de quienes intentaron matarse ingiriendo glifosato. La cantidad ingerida fué determinante. glifosato no tiene la misma toxicidad aguda que, como ser, Paraquad; con éste, un sorbo de 5 ml o un trago de 25 ml del veneno son suficientes para terminar con la vida. Pero con una copa de 100ml de glifosato tendremos serios problemas como ya había informado Bradberry. Ahora Roberts registró que todas las personas que tomaron más de 190 ml (un vaso) de glifosato murieron; todas Sr. Ministro, todas.

Este trabajo demostró que el glifosato se absorbe rápidamente en humanos; que tiene una vida media plasmática de 3.1 hs.; que un nivel plasmático mayor de 734 ugrs/ml es letal; que la toxicidad cardiorespiratoria lleva al paciente al óbito; que a la fisiopatología todavía no la conocemos bien, pero hay lesión de membrana celular, incluso mitocondriales y desacoples de la fosforilación oxidativa. Sr. Ministro: el Glifosato no es “agua con sal”.

También seria interesante que el Sr. Ministro conozca que, además del Dr. Andrés Carrasco de la UBA8, otros investigadores argentinos del CONICET y de nuestras universidades han demostrado la genotoxicidad del glifosato en modelos experimentales. También investigaron, y encontraron los mismos efectos clastogénicos, en personas expuestas a las fumigaciones sistemáticas. Estos hallazgos son congruentes y explican biológicamente los cánceres y malformaciones congénitas que encontramos en la practica clínica atendiendo a nuestros pacientes.

Nos gustaría mucho que el Ministro Barañao nos ayude a defender la salud de los argentinos, sumándose a nuestro reclamo de prohibir las fumigaciones aéreas, como en la Unión Europea; restringir las fumigaciones terrestres y, reclasificar los agrotóxicos según sus efectos en humanos de corto, mediano y largo plazo.

por Medardo Ávila Vázquez, Coordinador de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados